Intenta siempre hablar por vos mismo, desde vos
Usa mensajes en primera persona: “(yo) me siento herido”, “me siento confundido”, “me pregunto si estarás enojado…”, “yo creo que esto es así”.
Ejercita el empleo de acciones “basta” o STOP: cuando te das cuenta que algo está yendo mal en la conversación PARA. Y comienza a hablar sobre eso que está pasando.
Habla de tus sentimientos: “me estoy sintiendo abrumado…, “me estoy sintiendo confundido, “me estoy sintiendo herido…”, “me siento paralizado”
Solicita FEEDBACK: preguntando cómo el otro está entendiendo lo que vos querés decir. Asegurándote que el otro está recibiendo lo que estás queriendo decir.
Responde con FEEDBACK: decile al otro cómo estás entendiendo su mensaje. No esperes a que te lo pregunte.
Escucha el mensaje verbal y registra el mensaje gestual del otro. No te quedes sólo en las palabras, éstas son una parte de la comunicación
Valida el mensaje del otro: tratar de entender el punto de vista del otro, esto se logra poniéndote en sus zapatos
Propone preguntas abiertas
Evita generar posiciones defensivas en el otro
Emplea una agenda constructiva y acotada proponiendo una lista de prioridades a tratar: una cosa por vez.
Nunca asumas que tu pareja te adivina… Expersate con tus propias palabras
Genera buen clima
Corta el mal clima
Genera buen estado de ánimo en el otro. No estimules estados de ánimo displacenteros en el otro. Genera lo que al otro le da placer, lo gratifica, le hace bien.
Sé honesto y sincero con tu ser. Enfrentate a lo que te pasa, a cómo te pasan las cosas, a qué necesitas, a qué deseas, de qué cosas tenés ganas, de qué cosas no.
Responsabilizate de tus puntos de vista, tus criterios, como vos crees que son las cosas.